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Europa se pone en manos de los parlamentarios griegos

Sin medidas de austeridad adicionales no hay dinero. El mensaje lanzado por el Eurogrupo a Atenas es claro, sin restricciones no recibirán más fondos. Una idea que deja la pelota en el tejado de unos parlamentarios griegos que decidirán mañana sobre la continuidad del Ejecutivo de Papandreu.

Bruselas exige más agujeros en el cinturón griego. El Eurogrupo, espoleado por las exigencias de Alemania, no va a abrir la chequera hasta que Atenas tome nuevas medidas de austeridad. Los 12.000 millones de euros del quinto tramo relativos al plan de ayuda aprobado hace un año, y que Grecia necesita cobrar antes de agosto para poder afrontar sus obligaciones de pago, no se liberarán hasta el próximo 3 de julio, según ha revelado Jean Claude Juncker. Así, esta decisión no se tomará hasta que se conozca el resultado de la moción de confianza a la que se someterá mañana el presidente heleno, Yorgos Papandreu. Esto tendrá lugar 3 días después de que la camara ateniense vote el nuevo plan de austeridad que se exige por parte de lo ministros de finanzas de la zona euro. Por tanto, todo queda en manos de los diputados griegos.

Los ministros de finanzas de la zona euro han puesto en una encrucijada a los políticos helenos. Si hacen caer al Ejecutivo con sus votos, Grecia no podría tomar medidas de contención hasta la formación de un nuevo Gobierno, y por tanto no llegaría los fondos necesarios para impedir la quiebra y si permiten la continuidad de Papandreu se echarían aún más encima a una ciudadanía que ya les acusa de estar teledirigidos por la UE y el FMI. Desde Bankinter tienen claro cual es el objetivo de Bruselas con esta nueva dilación. "Lo que se está haciendo es exigir un consenso interno antes de liberar cualquier ayuda. Un desembolso que ya será imposible de llevar a cabo antes de mediados de julio", explican.

Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio, coincide en este análisis, y además puntualiza que ahora "son dos las incógnitas a las que se enfrenta el mercado. La primera es muy comprensible, las ayudas no pueden ser gratis y el Ecofin exigirá voluntad por parte de Grecia de salir del túnel en el que está inmersa. Y la segunda es cómo participarán los acreedores privados, y cómo se considerará el rescate". Estos dos puntos han sido hasta ahora claves en la agenda de Angela Merkel y explican en buena parte el fracaso de la reunión del ayer. La canciller quiere transmitir una imagen de dureza ante sus ciudadanos que evite un mayor desgaste electoral y, a pesar de que ha terminado por aceptar que el sector privado se involucre de forma voluntaria, quiere cuantificar hasta donde están dispuestos a llegar antes de aprobar un nuevo rescate. Un plan que precisamente el FMI insiste en asociar a la liberación del quinto tramo de ayudas, que en su caso supone un desembolso de 3.300 millones de euros.

Esta situación de incertidumbre ha provocado nuevas caídas en la Bolsa. La evolución de este escenario estará ligado a la adopción de soluciones en un corto plazo que ya se fija en la votación de mañana y en la nueva reunión del Ecofin que tendrá lugar a mediados de julio. Por tanto, en el supuesto de que finalmente la evolución sea la prevista, parece que las tensiones podrían aliviarse. " En caso de materializarse estas expectativas, deberíamos ver un rebote de las Bolsas recogiendo esa solución para los problemas de liquidez y financiación del país heleno, a pesar de unos datos macroeconómicos que mantendrán el sesgo negativo, confirmando la desaceleración en el ritmo de recuperación económica", comentan desde Renta 4.

A pesar de todo, la duda sigue siendo como plantear la reestructuración de deuda de forma que no se vea como un impago. Este punto todavía no se ha terminado de aclarar y para ello se está intentando incrementar la presión sobre las calificadoras, ya que en el caso de que estas no admitiesen el plan, el sistema financiero europeo, especialmente el alemán, tendría que asumir unas cuantiosas pérdidas. "Si el rescate es considerado 'default' por parte de las agencias de rating aumentará el riesgo de contagio al resto de paises periféricos. Por otro lado, los CDS cubren el 20% del total de activos emitidos por Grecia, por lo que el riesgo no sólo se trasladará a los bancos poseedores de títulos griegos (los principales bancos con exposición a Grecia son: Hypo Real Estate, BNP Paribas, Dexia, Commerzbank, Société Générale, ING y Deutsche Bank) sino también a los vendedores de los CDS que son los que tienen que cubrir el nominal del bono contratado que haga 'default'", según Paz. Sin embargo, este escenario queda ligado a la votación que tendrá lugar en el parlamento griego. Si los diputados helenos optan por dejar caer al Ejecutivo de Papandreu, las ayudas no llegarán y está vez la quiebra no será interpretable, sino real. Sin ayudas adicionales, a partir de agosto las exhaustas arcas atenienses ya no podrán pagar a sus acreedores.

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