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Un español en Silicon Valley

De los datos al conocimiento

Hace 10 años el estudiante que quería eliminar totalmente el riesgo de no encontrar trabajo al acabar la carrera estudiaba ingeniería informática. Hoy sigue siendo una carrera con suficiente demanda, pero estoy convencido de que hay otra que será mucho más demandada en el futuro: la de ciencias actuariales y estadística.

El desafío hace 10 años era el de construir potentes infraestructuras técnicas y eficientes líneas de código para desarrollar la creciente necesidad digital del manejo y gestión de la información. Con más de 1.800 millones de personas conectadas a internet, el desafío hoy es de la interpretación y aplicación práctica de esa información.

La cantidad de información digital creada en el mundo creció un 62% el año pasado llegando a los 800.000 petabytes (un petabit son 1.000.000.000.000.000 unidades de información) y llegará a los 2 zetabytes a finales del 2011. Hacia finales del 2006 por primera vez en la historia la cantidad de información creada fue mayor que los soportes disponibles para almacenarla. Hoy casi la mitad de la información creada no puede almacenarse: correos que se borran, cálculos que no se guardan y fotos que no se almacenan. Facebook, que no existía en 2004, tiene hoy más de 60.000 millones de fotos en sus servidores; Google StreetView es uno de los mayores generadores de fotos del mundo; un coche de fórmula 1 envía 20 gigas de información por carrera desde sus 100 sensores distribuidos por toda la carrocería, y la cadena de grandes almacenes de Wal-Mart tiene una base de datos de operaciones equivalente a 167 veces el tamaño de la biblioteca del congreso de EE UU.

El abaratamiento de los soportes digitales de almacenamiento y el crecimiento de la capacidad de proceso de los ordenadores han hecho que la cantidad de información almacenada y procesadas crezca exponencialmente. El problema ahora es qué hacer con esa información. Hace 20 años el problema era obtener los datos que te permitiesen analizar la información. Bastaba con unas pocas muestras para conseguir esclarecedoras conclusiones. Hoy el problema es muy diferente, la información nos desborda, el problema es cómo analizar esa información para que sea relevante y pueda tener una utilidad directa en nuestras actividades y negocios.

El desafío ahora es contar con el talento necesario para que los datos se conviertan en información y ésta en conocimiento. Hace 20 años una empresa mediana contaba con pocos recursos para conocer la marcha del negocio. Hoy puede controlar las existencias, saber cuánto cuesta cada venta y cuándo y de dónde vienen los clientes. Poder analizar y entender la información que generemos será una ventaja competitiva que marcará el éxito de las empresas.

Y esto no ha hecho más que empezar. Tanto en el ámbito de la empresa como en el personal la generación de información seguirá aumentando exponencialmente. En el fondo somos animales de costumbres y, por tanto, bastante predictivos en nuestros comportamientos. El almacenamiento y análisis de la información que produce nuestra vida diaria generará servicios muy útiles y productivos. No dentro de mucho los coches con GPS serán los que hagan los mapas en tiempo real, los móviles determinarán qué sitios están de moda y los supermercados ofrecerán descuentos personalizados a los clientes. Y ese futuro no está muy lejos.

Director mundial de marketing de Producto de Google

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