Chrysler se prepara para salir del concurso tras su venta a Fiat

Chrysler, la tercera automovilística de EE UU, anunció ayer el nacimiento de la "nueva" compañía, en palabras del presidente Barack Obama y del todavía presidente del grupo, Bob Nardelli. El juez Arthur González, encargado del concurso de acreedores que hace un mes instó Chrysler, aprobó al filo de la medianoche del domingo la venta del 20% de esta automovilística a Fiat. Con esta transacción, que ha contado con unas 300 objeciones por parte de acreedores, se despeja el camino para que Chrysler pueda salir del concurso en los próximos días. Con ello se cumple el objetivo de la Administración de solventar la crisis a través de un concurso rápido.

La italiana puede optar a controlar hasta el 35% de la empresa de Detroit que llegó ante el juez con un balance en el que se registraban 39.300 millones de dólares en activos y 55.200 millones en pasivo.

Las plantas de la compañía están temporalmente cerradas para reducir inventario pero, según dijo ayer el presidente de EE UU, Barack Obama, Chrysler ha conseguido "una segunda oportunidad" gracias a los compromisos y los sacrificios hechos por los accionistas, acreedores, sindicatos y su propio Gobierno y el de Canadá. Obama manifestó además que de la fusión entre ambas multinacionales surgirá una nueva compañía más "fuerte" y "competitiva" y permitirá salvar "decenas de miles" de puestos de trabajo. El juez González se pronunció en la misma línea. "Chrysler tiene una nueva oportunidad", afirmó.

La compañía se declaró en quiebra el mes pasado, después de que un grupo de acreedores rechazase cancelar 6.900 millones de dólares en deuda asegurada cambio de recibir 2.000 millones de dólares en efectivo. De nada sirvieron los 8.000 millones de ayudas que le había dado el Tesoro estadounidense en diciembre y a principios de este año.

El fabricante de automóviles se está vendiendo a sí mismo a una entidad perteneciente cuyo capital estará controlado mayoritariamente por una sociedad fiduciaria vinculada a los trabajadores, que poseerá el 55% del capital. Fiat controlará inicialmente un 20% ampliable hasta el 35% si se logran ciertos objetivos. El Gobierno de EE UU y el de Canadá serán accionistas minoritarios, con un 8% un 2%, respectivamente.